Cefalea
- No quiero tener más este dolor de cabeza – dijo el licenciado Molinetti mientras lo dejaba caer por la ventana, con tan mala suerte que aterrizaba justo en la cabeza de una chica que comenzó a rascarse y a preguntarse porqué, de repente, le preocupaba el cierre del mercado de valores del que no entendia nada. Anduvo tomandose la frente tres cuadras hasta que se detuvo frente a un espejo, allí, mientras sacudía sus pelos para evaluar su peinado, el dolor de cabeza salío volando y fue a caer en un perro que sin previo aviso comenzó a pasearse por la vereda, acercandose a los hombres para que lo acaricien, pero apenas le ponian una mano encima comenzaba a ladrar. Siguio así, luciendose y enojándose hasta que aparecio Luti, un chico de 10 años que inocentemente se puso a jugar con el perro y entre tantas caricias se quedo con el dolor de cabeza. Cuando su mamá lo agarro del brazo para ir a tomar el colectivo hacía la escuela, Luti ya estaba levantando la pata para marcar su territorio. Una vez en la parada descubrió que no tenia cola, por lo que empezó a girar intensamente; para calmarlo su madre lo abrazo y con un beso le absorvio el dolor de cabeza y lo sumo al que ya tenia. Entonces, justo cuando estaba analizando como hacer para que sus suegros no fueran a su casa a festejar el año nuevo la interrumpio el arquero de Boca, cuya figurita imposible de conseguir, sólo Nico tenía una repetida y quería cambiarla por el equipo entero de Independiente sin suplentes. Esto, a la madre de Luti, le pareció desproporcional, injusto, pero por suerte el colectivo en el que viajaban pego una importante frenada haciendo que el dolor de cabeza saliera volando por la ventana y fuera a parar justamente a la cabeza del licenciado Molinetti que consideraba la cena de año nuevo de la mamá de Luti un problema menor y que en el fondo estaba contento de haber recuperado su dolor de cabeza para poder preocuparse de cosas serias.
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