Los Malabares de la Sal - de Virginia Curet

Guitarrita que me palpea la garganta, dejame un costurón. Volveme ágrafa o un poco más consciente. Los ojos me lloran por el fogón cercano y el viento salinero grande que se entromete. No me llore. Furtivos encuentros de voces. Agarrá la armónica y fijate que te sale, pero no dejes de mirar este cielo vesánico, hay toda una conjugación de estrellas y relámpagos que maravillan, espectáculo ajeno a la panmetría y al rating, vas a quedar absorto. La Pachamama agradece el gesto, tenemos poca comida, apenas unos quesitos de cabra que ella sabe apreciar. El fuego juega con nosotros más que nosotros con él. Él hace malabares con nuestro cuerpo y por ahí nos deja ser vistos, momentáneamente en coyunda con los silencios, sí creo que te veo, sí creo que me ves. Guitarrita decime algo. Cuantos planteos más me voy a hacer hoy. La refundación de la vida, mi rutina derrengada, la decisión casi tomada, dame más fuerza norte mío que casi la tomo. Pasale el mate a aquel que augura su próximo año y creo que agradecerá el sorbito. Se siente en los labios, como cuando salís del mar, la brisa te la regala en la boca, te la acerca por si las dudas, te la dona. Tirados sobre ese universo blanco en el medio de la madrugada escuchamos una lectura tímidamente contada con linterna, y ahí me leo claramente, ahí me entrego en tu potestad y ojalá no me pierdas.




colaboración desinteresadamente interesante de Letras en Julio
...pegale una visita

1 comentario:

Anónimo dijo...

como va eso?
hay novedades?
espero un sobre
abrazo