El sano ejercicio de la Crítica Literaria
(Correo de Lectores)
Hay personas en el mundo que ven el vaso medio vacío
y no leen PIPÍ CUCÚ
Hay personas en el mundo que ven el vaso medio lleno
y no leen PIPÍ CUCÚ
Hay personas en el mundo que leen PIPÍ CUCÚ
y son las que tienen el pingüino por las alas
y hasta les invitan a los demás, medio vaso de vino.
El señor Matiu no sólo vació su pingüino sino que debe haberlo hecho a la parrilla y mientras se mondaba los dientes con una de las cartilágenas costillas, ponía cara de satisfecho y escribía esta carta; que mandó a revistapipicucu@gmail.com y que seguramente ustedes sabrán disfrutar tanto (o más) que nuestro miope editor.
Estimado Sr. Director de PIPÍ CUCÚ ™:
Tengo el agrado de dirigirme a Ud. para proponerle me permita colaborar activamente en la realización de vuestra revista. Tras largas conversaciones con nuestro común amigo Alejandro 'Pepepé papapá chuchuchú' Raymond, y luego de haber leído repetidas veces vuestras creaciones, he quedado fascinado por la alta calidad literaria y visual de todo el proyecto, y me siento impelido por fuerzas estrictamente artísticas a brindar mi apoyo incondicional y mi trabajo arduo para complementar vuestro imponderabilísimo trabajo. Usted sabe; un grano no hace granero pero ayuda al compañero. Toda revista literaria debería contar en su haber con una sección de crítica literaria, como una forma de incitar al gran público a la lectura de libros cuyos contenidos sean afines al espíritu de la revista, por un lado, y, por el otro, para poder formar parte del canon pecuniario que le pone precio a cada libro publicitado, como forma de agradecimiento hacia el favor que se le hace al consumismo. Es por eso que me atrevo a presentar ante Vuestra Excelentísima Directorez algunas de las más elaboradas críticas literarias que he tenido el orgullo de presentar a través de los años en distintas publicaciones culturales y que me han hecho merecedor de diversos galardones. He seleccionado únicamente aquellas de las que me siento verdaderamente orgulloso, e hilando aún más fino, he decidido centrar mi atención sólo en aquellos libros que ya forman parte del patrimonio de la humanidad. Los llamados 'clásicos'.
Crimen y castigo; Dostoyesvski, Fédor: Un tipo mata a una vieja y luego se arrepiente.
Los miserables; Hugo, Víctor: Se trata de un ladrón que conoce a un cura y entonces se hace bueno.
Heliogábalo o el anarquista coronado; Artaud, Antonin: Un delirio total.
El Conde de Montecristo; Dumas, Alejandro: Un ñato es encanado injustamente y se escapa para vengarse.
Romeo y Julieta; Shakespeare, William: Un chico conoce a una chica, se enamoran y después los dos se mueren.
Martín Fierro; Hernández, José: Cuenta la historia de un gaucho asesino que se termina haciendo amigo de los indios.
Las mil y una noches; Anónimo: Una embustera que engaña a su esposo para que no la mate.
Pero también podría ser viable, si Vuestra Insuperabilísima Principalidad adhiere, una selección de libros de viajes y viajeros.
Los viajes de Gulliver; Swift, Jonathan: Un marinero inglés viaja por todo el mundo y conoce bocha de gente rara.
Libro de las maravillas; Polo, Marco: Un italiano viaja a China, conoce bocha de chinos y descubre la pólvora y los fideos.
En el camino; Kerouac, Jack: Un yanqui viaja a dedo y conoce bocha de poetas.
Una excursión a los indios ranqueles; Mansilla, Lucio V: A un tipo con nombre de calle se le da por conocer a los indios.
Robinson Crusoe; Defoe, Daniel: Un tipo naufraga, llega a una isla y se siente solo. Basado en la película de Tom Hanks. (Aporte del Sr. Raymond.)
Moby Dick: Una ballena blanca le hace a un marinero las mil y una.
Mas no todos son clásicos en la viña de la Edición, y si Su Amabilísima Superioridad pluguiere, una selección variada podría encomendárseme.
A sangre fría; Capote, Truman: Dos personajes: uno miente y el otro asesina. Y viceversa.
El ser y la nada; Sartre, Jean-Paul: Se trata de un libro que es bastante complejo.
Lazos de sangre; Sheldon, Sidney: Es una historia igual a la de su libro anterior, pero más nueva.
Como Ud. podrá apreciar, he tenido en cuenta que el espacio en una revista puede ser un inconveniente a la hora de incluir extensas monografías, por lo tanto, he tenido la precaución de hacer economía de palabras, mas nunca perdiendo de vista mi objetivo crítico y siempre logrando que la obra reseñada no pierda sus cualidades ni su contexto. Sería maravillosamente atractivo si alguno de los prestigiosos artistas plásticos que colaboran con PIPÍ CUCÚ ™ pudiera diseñar las tapas de los libros cuyas reseñas Vuestra Delicadísima Autoridad tuviera a bien seleccionar.
A la espera de su pronta respuesta, me despido sin más.
Atte.,
Matiu
2 comentarios:
matiu invento algunas palabras
jaja excelentes críticas, ojalá fueran todas asi de sencillas y a la vez contundentes, demuestra un ingenio e inteligencia admirables, da gusto tener este espacio entre los favoritos de mi computadora, un saludo sureño.
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