aparece y desaparece

de Poemas con famosos:

 

Fue en Bariloche,

viaje de egresados,

la única vez en mi vida que me puse unos esquíes

y me fui por el manto blanco.

Aprendí a andar derecho,

nunca supe doblar ni frenar,

mi manera fue caerme, pararme

y elegir una dirección.

 

En el diome de mi recorrido,

dos personas se saludaban

y decidieron pedirle a una tercera

que les sacara una foto.

Yo los vi, iba bien,

pero segundos antes de que pase a medio metro de ellos

decidieron correrse para atrás,

justo en la línea que yo seguía.

El impacto fue duro,

más para uno de ellos que para mí,

más para el que terminó en el piso al lado mío,

le quise pedir disculpas

y ahí lo vi:

Ricardo Darín,

con sus anteojos de sol dislocados;

Ricardo Darín, dije yo,

la concha de tu hermana, dijo él,

perdoná, dije yo,

nada, dijo él,

mientras se paraba

y esquiando se iba.

 

 

 

Feliz estaba yo con mi caset de La Ola Verde,

feliz escuchando una y otra vez,

una vez y otra vez y otra y otra,

con esa capacidad infantil

de desafiar la repetición hasta el infinito,

prefiriendo el mismo cuento a uno nuevo.

Feliz estaba yo con mi caset de La Ola Verde,

hinchado las pelotas estaba mi hermano

que en un brote de calentura

puso stop, lo arrancó del pasacaset y lo tiró por la ventana,

voló, voló, voló

y cayó en la vereda de enfrente;

una mina justo pasaba caminando y el caset cayó cerca suyo,

se agachó, estaba buena,

lo levantó, y se levantó los anteojos para verlo de cerca.

Era ella,

esa mina en la vereda era ella,

la mismísima Flavia Palmiero

sosteniendo su caset ultrajado.

Sentí vergüenza

y después sentí odio

y quise pegarle a mi hermano,

pero él, 6 años más grande,

me dominó poniéndome la mano sobre la frente

con el brazo extendido,

no podía hacer nada,

esto me enfureció más,

pero ahí me quedé,

chau Ola Verde,

chau la Ola Ola Ola está de fiesta.